La concepción intelectualista del desarrollo del lenguaje infantil es el aspecto más conocido del trabajo de Stern y lo que ha ganado realmente terreno a través del tiempo, aunque es precisamente ésta la que revela claramente las limitaciones e inconsistencias de su personalismo filosófico y psicológico, sus fundamentos idealistas y su invalidez científica.
Stern mismo describe su punto de vista como “personalista-genético”, permítasenos ahora considerar cómo se maneja Stern en el aspecto genético y manifestar desde el comienzo, que esta teoría, a semejanza de todos los intelectualistas, es, por su esencia misma, anti evolutiva.
Stern distingue tres raíces del lenguaje: la tendencia expresiva, la social y la “intencional”. Mientras las dos primeras sustentan también los fundamentos del habla observados en los animales la tercera es específicamente humana.
Define la intencionalidad en el sentido de una dirección indesviable hacia un cierto contenido o significado. “En una determinada etapa de su desarrollo psíquico”, dice: “el hombre adquiere la habilidad de dar a entender algo, de referirse a algo objetivo cuando articula sonidos.” En esencia, tales actos intencionales son también actos de pensamiento, su aparición denota intelectualización y objetivación del lenguaje.
De acuerdo con un cierto número de autores, que representan la nueva psicología del pensamiento, aunque en menor grado, Stern enfatiza la importancia del factor lógico en el lenguaje.
No tenemos objeciones que hacer a la afirmación de que el lenguaje humano avanzado posee significado objetivo, y por lo tanto presupone un cierto nivel de desarrollo del pensamiento, y estamos de acuerdo en que es necesario tener en cuenta la estrecha relación que existe entre el lenguaje, el pensamiento lógico.
Considerando la famosa descripción de Stern del gran descubrimiento hecho por el niño a la edad de un año o dos, podemos observar a qué exageraciones conduce la sobre enfatización de los aspectos lógicos. A esa edad el niño se da cuenta primero de que cada objeto tiene su símbolo permanente, un patrón de sonido que lo identifica, es decir, que cada cosa tiene un nombre. Cree que un niño en su segundo año puede haber tomado conocimiento de los símbolos y de la necesidad de ellos, y considera este descubrimiento también como un proceso de pensamiento en su exacto sentido: "La comprensión de la relación entre signo y significado que comienza a mostrarse al niño en este punto es algo diferente, en principio, del simple uso de sonidos-imágenes, objetos-imágenes y sus asociaciones. Y
el requerimiento de que cada objeto, de cualquier tipo que sea, tenga su nombre puede ser considerado una verdadera generalización hecha por el niño -posiblemente la primera."
Define la intencionalidad en el sentido de una dirección indesviable hacia un cierto contenido o significado
Es evidente que el lenguaje de tendencia expresiva y social se fundamenta en el habla y en la manera de expresarse y relacionarse con los demás. La intencionalidad tiene un significado y un contenido, donde se adquiere la habilidad de entender ciertas cosas; se adquiere por medio de sonidos. Es así como el lenguaje se vuelve objetivo, porque: «El niño descubre súbitamente en el lenguaje significado: tal explicación de cómo el lenguaje se hace significativo merece incluirse realmente a un grupo, junto con la teoría de invención deliberada del habla, la teoría racionalista del contrato social y otras famosas teorías intelectuales.
Estas posiciones teóricas contribuyen al aprendizaje de la lengua para que sea significativa. Se dice que los niños constantemente aprenden nuevas interrelaciones entre las categorías, desarrollando su habilidad para darle sentido al lenguaje y al mundo que lo rodea. La comprensión de la manera que se integran las palabras en el lenguaje significativo hace posible la predicción y por lo tanto la comprensión.
Elisabeth Medrano Luna
Jesús María Toscano Martín
Jaime Lara Costo
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